jueves, 16 de abril de 2009

El ahogado más feliz del mundo

Ni por un millón de islas desenterradas
ni por una sola de sus sombras
abandonaría el náufrago su casa de agua
entre objetos perdidos y anzuelos olvidados
de peces como anillos en sus manos
ni por un millón de orillas divisadas
abandonaría el ahogado su lecho de mar
y esa sensación de terciopelo
sobre las praderas de Neptuno
en la inmensa llanura de sus ojos oceánicos.

La poesía se esconde...

Dentro de los organismos diminutos
a doscientos metros desde la cabina de un biplano
por encima de los charcos después de semanas de lluvia
dentro de la mejor botella del supermercado
cerca de dos puerco espines
apareándose con sumo cuidado
en las páginas salvajes de Luis Alberto de Cuenca
en quien sofoca las llamas
activando los aspersores de su cuerpo
y en la adolescente atrincherada
en la primera fila del concierto
... lejos de los bombarderos norteamericanos
que en picado
herían de muerte aquella tarde.

Muro

Termina de abrocharte la camisa
y colócate bien los gemelos.
Hoy es tu “debut” y has trabajado mucho
para saborear este momento.

Desempolva la careta de comerte el mundo
que heredaste de tu miedo
y no olvides leer la letra pequeña.
Cuando logres digerir tantos halagos
llama a tu mejor amigo y machácalo de envidia
con tu éxito.

No te sientes en cualquier restaurante
sin consultar previamente la carta de vinos,
(sería imperdonable una cerveza a estas alturas).
Reparte la dosis justa de propina
entre el camarero y el primer muerto de hambre
que te encuentres: tu conciencia debe saber administrarse
en casos como éste.

Date el lujo de la mejor compañía en ese hotel
donde las alfombras huelen a azahar, y disfruta sobre ellas.

...Y cuando tu gran día se acabe y vuelvas a estar solo...,
canta, baila, grita, susurra, llora, ríe, salta, patalea.
Te lo mereces.
Todo menos quedarte en el más absoluto silencio,
suelen martirizar demasiado esas voces que se escuchan
detrás del muro de tu ego.
Y lo peor de todo es que no están en venta.

Cinco sentidos

Tienes el exacto color de la pena
golpeándote el negro centro de los ojos,
como si al mirarme olvidaras
pintarme de ese tu color exacto.

Escuchas el exacto rumor de lo vivido
sonando en la inútil sombra de tu pasado,
como si al oírme impidieras
llamarme con ese tu rumor exacto.

Percibes el exacto olor del silencio
flotando en el mudo rincón del escándalo,
como si al sentirme negaras
alimentarme de ese ése tu olor exacto.

Conservas el exacto sabor a locura
despeñada a la mitad de tu racional camino,
como si al andar quisieras
vestirme de ese tu sabor exacto.

Despiertas el exacto tacto de la lava
fluyendo roja por las ramas de tu cuerpo,
como si al rozarme ansiaras
cubrirme de ese tu tacto exacto.

Llamada urgente

A fecha de hoy la gente se muere de hambre.
Yace bajo los escombros de una tierra enfurecida
o simplemente no hay gente, y hay un huracán
que los sustituye.

La gente que ha muerto para engendrar ciudadanos
libres, que compran la prensa cada mañana
y leen la esquela de los muertos de su tiempo
que han dictado testamento a favor de los que llegan
más tarde.

La gente se muere luchando en su último aliento
por ser “vida”.
Tú solo llevas dos años descolgando el teléfono
para decirme que te mueres de amor entre algodones.

No desesperes, la muerte siempre llega...,
aunque suele deambular entre los vivos.

Dame una razón más convincente para no pensar
que aún conservo el retrato de un espectro.

Naufragio

Un grifo mal cerrado que chorrea
litros de tu tiempo al desagüe de mis días
centílitro a centílitro
gota a gota
mar a mar
al fondo de un pozo
el pozo sin fondo
de un vaso que se ha roto
de no haber llegado a tiempo
o de haber llegado tarde, creo,
a ponerse a salvo de este naufragio
que se empeña en inundarlo todo
puede que en vano.

Tan necesario

Toma por sorpresa
mi esperanza
desesperadamente
ya no faltan más momentos
... y e x p á n d e t e ...
peor sería no estar en el camino
hoy, ahora mismo, todavía
claro que sí
yo te retendré entre mis brazos secos
y esto será una resurrección a pocos metros del amor.

Sí, quiero

Sí, desde que decidas comportarte
en lo que a mis defectos se refiere
es fácil de llevar la peor parte
del que te hace reír si bien te quiere.

No quieras colocarme en los altares
no abuses del derecho de admisión
no tardes en contarme los lunares
procura no olvidarTE en un rincón.

De ahora, del momento, del durante
del vivo, del despierto, del que ladre
de todo el que me sabe decir NO

del niño, del amigo, del amante
del sueño, del suspiro, de mi madre
de lo que va a su aire, TUYA no.

Mensaje para el misógino

La obra misericordiosa de una mujer
que redima la miseria de tu alma
no será suficiente, hijo mío.

Tres deseos

Puedo agotar mi último deseo
esta noche más larga.

Hay una estación, y un banco
y unas ganas de que no te vayas.

O puedo pedir que sigas siendo el ancla
y que la flor no se marchite
y que vuelvas pronto.

Podrías enseñarme a alcanzar la orilla
antes de irte
y salvarme del naufragio de tu billete de tren.

Podría irme...
Pero también podrías quedarte y agotar éste,
mi último deseo.

¿Dónde acaba, esperanza, tu victoria?

Botas de montaña

Desde el Pirineo catalán, no tengo más remedio
que escribir este momento.



Hay un paisaje divisado desde arriba.
Esto es un mundo o es un instante que pasa lentamente sin remedio.

Desde cualquier colina que se deslice verde y serena,
entre cualquier ruido que despierte bruscamente tus sentidos...,
un lago cualquiera te adentra en su silencio.

Con cada árbol enciendes el aroma que busques para tu cuerpo
sin molestarte su esencia tibia y transparente.

Las caricias del aire van descalzas mientras caminan por tus dedos.
Aquí puedes amarrarte a un horizonte sin miedo a perderte entre el bullicio.

Me conformaría con llevarte en mi respiración incesante y controlada.

Esto es un sueño para aquéllos que saben esperar a sus sueños.

Madres

Madres, cauces llenos hasta el borde...
Todas las madres caldeadas por la sangre
tienen el temblor pulido de una mariposa.

Madres avenidas de amor
madres aventadas de dolor
madres a todas luces insomnes
madres a estas alturas inmensas.

Todas las madres que huelen a leche y a cuna
conservan siempre sus pezones frondosos.

Madres nido, madres loba, madres políticas,
Madres origen, madres madriguera, madres paternales,
Madres principio, madres patrocinio, madres de las Madres.

Madres cuando te tocan con la primera causa
decidnos cómo, o por lo menos desde cuando
guardáis los labios por si volvemos.

Octubre

Si hubiera que esperarte en la escalera
con una rosa mustia entre las manos
el sol descansaría en los tejados
dejando un color gris sobre la acera.

Octubre no ha perdido la costumbre
del pájaro que traza su frontera,
en esta tarde azul de primavera
te aguardo con nostalgia y mansedumbre.

El cielo de tu boca

"Que se peguen a mi boca como al cielo de su boca mil pensamientos..."
A María Nieblas Gil, "Mariquita la Ligera", in memoriam.



No quedaba ya nada de ti
y venías desde el último suspiro
al borde de romperte.
Traías la esponja del tiempo enredada en los dedos
soplaste el mármol y encendiste todas las palabras
esas que nadie ve, y que yo veo.

A menudo sorprendías al silencio
y clavabas en él todos los alfileres de la musa
barrías las "musarañas", lavabas cada costumbre
y tendías al sol la voluntad férrea de unos cuantos
dejaste encalada la tapia de los "listos"
y limpia la escalera de los cuerdos.

Te veo sacar la silla a la puerta de mi tiempo
y permanecer sentada, serena e impávida
la casa limpia y el cielo de la boca lleno de versos.
Así te veo.

Los intereses creados

Denuncia social o vegetación pura



Había llegado el momento en que los "intereses creados"
me encontrasen de espaldas pero en el sitio
prisionera con alas
urnas como cunas o
urnas para las manos limpias,
votos como techos
o votos para los muertos de hambre,
campañas como espejos o
campañas para ser más sinceros
con bombas de caramelo o
bombas en las fronteras racistas.

Todo eso o buscarme otro espacio donde sentirme aún más bárbara
extranjera de vuestro mundo
pero al parecer menos extraña.

Cuestión de práctica

Lo que no puedo decirte
te lo escribo
y paro el tiempo
en lo que no te digo
cuando puedo
cuando quiero
cuando no te quiero
cuando tengo prisa
y llegas tarde
cuando empiezo a aborrecerte
y se me nota
por si me arrepiento
sea un papel lo que tiro
y no mi lengua lo que muerdo
cuando siento
cuando te siento
cuánto lo siento
pensarlo y no decirlo
y encontrar un ticket en el bolsillo
y escribirlo a tiempo y no decirlo.

Canción para recordar la infancia

Sentada a la misma sombra
del patio de clavellinas
la mujer mece el recuerdo
de una vida en blanco y negro
y una infancia desteñida.

El abuelo con su niña
sentadita en las rodillas
empieza a contar luceros
que bajan del mismo cielo
hasta dejarla dormida.

El padre dibuja un cuento
de hadas en su mejilla
mientras le llena los dedos
con besos de mariposa
que humedecen su camisa.

La abuela encala su cuarto
y le guarda una estampita
de su Dios más verdadero
para que cure su miedo
debajo de su mantita.

Y la mujer de aquel patio
que fue su madre querida
saca una canción de infancia
que buscaba con nostalgia
guardada entre su ropita,

y una falda de lunares
con manchas de cal teñida
y una trenza con horquillas
de paja sobre su pelo
le devuelven a su niña.

Cuando supe de tu ausencia

A mi abuelo, in memoriam


No supe comprender muy bien
cuándo había que despedirse
y las lágrimas fueron después
mucho más frías.

Debía pasar una nube
artificial de invernadero
por encima de mi cabeza adolescente
aquella tarde negra.

Y es ahora el reajuste entre
el dolor y el momento de llorar
cuando no pude
el afilado aguijón con veneno de tu ausencia.

Cuando son en mí el recuerdo,
un gran cariño y fiel respeto
partes de ti que Tú dejaste a tiempo
antes de irte.

Tiempos extraños

El tiempo irreparable huye
VIRGILIO

Por no decir "tiempos difíciles"
_ y que suene a tópico_
o maldito tiempo a oscuras
después de haber bajado la lámpara
hasta el fondo
y no encontrar la mano
de mi hermano de leche
o de mi hermano de sangre
que ni siquiera ha venido al mundo
_ y en buena hora_
a padecer estos tiempos de cólera
por no decir "tiempos de guerra"
¬_ y que suene a morirse de miedo _.

El pueblo

Pueblo, mis ojos de no contemplarte se queman
como las rudas manos del que siega.

Con la luna ..., una cama de piedra
y un cabecero de hierba en la era
y a esperar acostada el tapujo de las estrellas,

arrimada a un surtidor de agua nacida y fresca
donde se ven en un punto lejano del cerro
un cuadro de sauces llorones e inquietos.

Y esmerada en cortar las flores más frescas
y en vestirme de dama de noche
cuando el ojo de la tarde acecha.

Y todavía en el mes de Abril
si es que el inmenso humo me ciega
y el asfalto enfría aún mis pies en primavera...

con todo esto que me traje de ayer
es con lo que vuelvo a mi pueblo serena
en el momento más propicio,
cuando ya no me parece tan soportable la ausencia.

Sirva de precedente

Mis dedos no se adhieren a la pared intrauterina
de un despacho hiperactivo y contagioso
donde un "mont blanc" forma parte del mobiliario fantasma.
Y es que yo no estoy para sufrir una hemorragia de versos
y "abortar" al poema antes de tiempo...,
y menos si el sillón es de los caros
y huele a compromisos indecentes,
sirva de precedente.

Mariposa de la muerte

Venciste , mujer, con no dejarte vencer.
CALDERÓN DE LA BARCA


Mariposa de la col, mariposa de la hoja,
mariposa de la seda
vuela, vuela, vuela...
pero no vuelvas a la postura inmóvil de la crisálida
a la metamorfosis invertida de la oruga erizada
mariposa de la muerte
esfinge de la calavera a tu espalda
vigila al predador que va reptando
pero vuela, vuela, vuela
por encima del incendio de las llagas.

Un cuento para no dormir

Érase una vez un decrépito mundo al derecho
en el país de los fratricidas
donde Alicia y el conejo de la mala muerte
invitan a todos los niños de la guerra
a una gran fiesta de "no cumpleaños".

Tratado de Ciencia y Literatura

Nebulosa esfera de átomos proyectados
desde un mismo punto matemático.
El lastre ilustre de un ojo redondo
cae desde su altura sobre un cuerpo:
“Ley de la Gravedad”, diría Newton.

Deshilvanadas las ganas de dos sinos inconexos.
Grotescos títeres obstinados se ocultan
entre ufanas bambalinas deformes:
ella, espantajo; él, contrahecho:
Valle-Inclán: “Teoría del Esperpento”.

Se abre el telón: Ciencia y Literatura
encarnando una escena de celos.

Allá donde la mente anega los huecos vacíos,
bajo la luz artificial de Alva Edison
seguirá deslizándose la pluma lorquiana,
cuando las yemas de los dedos del poeta
hinquen sus raíces en el cómputo científico.

Sin dejar de ser un solo tratado,
un tratado solo,
el arte de calcular y el cálculo de escribir.

Muchas sonrisas fingidas

No vengáis con derecho de admisión
a colgarla en vuestra lista de espera.
Se aburre.
Ya no quiere ese look de pordiosera
a las puertas de un salón de compañía.
Se ha dado cuenta.
Mientras cada uno baila con su historia
qué hacéis vosotros “cantando” de otras vidas
o de SU vida.
Se levanta.
Si es ella quien se suelta de unas manos
que le arrancan las tiras de pellejo.
Y se va.
Cambiarías un año de sonrisas fingidas
por unos veinte minutos de franqueza.
Me pregunto.

Amanecer en Sacre Coeur

Amo a una ciudad y amo todos los sueños tristes
que al final desembocan en ella.
Amo el sagrado corazón y un encendido naranja
que ya jamás he vuelto a ver.
Amo hasta los archivos de nombres y adjetivos
del cuaderno de viaje que perdí.
Amo las calles que no soportaron
la arquitectura estética de mis tacones
como luego amé el gesto impasible
de sus pintores dibujando
maravillosamente en los portales.
Amo incluso el deseo de alejarme de volver
porque amo estar doblegada al recuerdo
por eso no busco otro regreso
y por eso cuido tanto las cosas que te digo de París.

En la piel de la cereza

(Para un amigo sin mucha fe)

No me sale la voz cuando te llamo
ni es dueña de mis ganas la pereza
nada me debes, todo te reclamo
buscándote en la piel de la cereza.

A esta honda cicatriz tan embustera
que se duerme en la hinopia de los años
no le esperan tus pies en la frontera
naturalmente, somos dos extraños.

Cómo iba yo a saber que cal y arena
para dar y no merecer la pena
cómo voy retractarme en lo que digo

cuando un solo motivo suena a hueco
cuesta parar el corazón en seco
a propósito, hablando de un amigo.

Itinerario de una mirada

Sobre una impaciente lluvia de ganas
ha emprendido su marcha la cabeza,
y tus ojos no se acaban...

Los recorro de tierra a cielo
de norte a sur sin aliento.
No descanso en tus pestañas
y me mantengo despierta.

Me siento cerca: casi con mis pestañas
erizo la calma de tus párpados
en un inevitable pestañeo.

Se te abren otra vez los ojos
y yo ya resbalo por tu nariz casi perfecta.
En tu tensa respiración controlada
siento agotada la última fuerza.
Se resbala la esperanza cuando el deseo se enferma,
cuando tu húmedo labio me recoge entre tabúes.

Se te ha vuelto a escapar el suspiro
que da la señal a mi cabeza...

Sólo me quedan tus manos...
y me arriesgaría, me atrevería,
pero tienes fríos los dedos:
has vuelto a meterlos en el bolsillo de la vida.
¿Y yo...? Qué fácil, y qué absurdo y qué inútil
mirarte cuando me miras.

Al inquilino

Esta noche he sido capaz,
capaz de helar el dolor,
capaz de congelar el llanto.

Aunque antenoche gané otra batalla,
he logrado rociar el lugar que tenías
en mis venas,
y he colocado en su espacio la sangre.

Pero anoche no fui tan capaz
y te di todo mi todo,
y me atrapé en eso que piensas
con más certeza de la que tuviera.
Mañana voy a desayunar mi arrepentimiento
mientras leo el periódico de tus mentiras,
y luego, más tarde...,
cuando sigas siendo sangre todavía,
daré mis gracias al cielo, oh Dios!,
que sigo teniendo mi vida despierta
para sentarme mañana a escribirte
un poema.

“De amicitia”

Érase un bosque y érase un árbol
de cómplices hojas las ramas vestidas.
Soberbia corteza de un tronco mudable
que al paso se cubre de sabia atrevida:
“érase la juventud y érase la alegría”.

Brotaron del árbol las flores más bellas
pintando el paisaje de diez primaveras.
Queriendo ser una nació un solo tallo
testigo de tardes de risas sinceras:
“érase la libertad y érase la inocencia”:

Crecieron a un tiempo dispares e inquietas
desnudas de hojas que el viento despeja.
Llegando el otoño ya caen descontentas
a un suelo que evoca las tardes perfectas:
“érase la inmadurez y érase la inadvertencia”.

Érase un desierto y érase un abrojo
de matas deformes y espinas que apestan.
Ni bosque, ni árbol, ni río, ni selva.
Siendo flores del amor somos flores de la queja:
“érase la AMISTAD y hágase la INDIFERENCIA”.

Razón de amarte

(A la mujer de luto sentada junto a mí en la alameda)

Tu presencia está más ausente que nunca,
hoy más que nunca.
Ya no ocupas ningún espacio,
ni habitas ningún paisaje,
y sin embargo, trazas todos los vértices de
mi vida.

Razón de amarte es estar aquí sentada
a la sombra de la misma luna incandescente,
y saber que te quiero más que nunca,
hoy más que nunca.

Que tu cuerpo inerte se derrama en cada hoja
que se prolonga luego en cada rama
que el aroma del jazmín es tu aroma
y que aún me provoca...

Este amor que declaro fiel no ha nacido del árbol,
ni de la rama, ni de la hoja,
ni de la misma luna incandescente...
Ni siquiera de estos versos que ella te escribe.

A ti te quiero por no ser de este mundo,
por no tener más alma que mi alma...
por no sentir más cuerpo que tu cuerpo
puro, inerte, lleno del alma suya.

Y se me antoja esta muerte que me destina
tu silencio, tu otro mundo, tus cenizas...
y tu paso por la vida,
mi vida,
sin que supieses que a ti te quise
y a ti te busco más que nunca, hoy más que nunca.

A los poemas que destruí

Porque vuestras palabras en mi memoria
como las velas gastadas en los barcos
toman tantas direcciones
como se le antoja al viento
y si tengo que aprender a recordaros
en el escaparate clandestino de los sueños
sé desde este mismo instante
que os pertenecen tantos huecos en mi cama
como noches me queden por inspirarme.

Desolación

He pasado el tiempo mientras
nunca nada me ha esperado
para siempre.

Espera...
Nadie jamás ha ofrecido
un después
a estas ganas de no querer morirse
entre los vivos.

Despierta...
Quizá alguien venga mañana
disfrazado de payaso bobo.
Otra vez,
a sacarme una sonrisa
que ya no me cuesta.

Muere...
Yo ya estaría muerta de tanto esperar alerta
el fin de la tragedia que no mata,
que no llega.

Tu me manques...

En el ruido de las alas que golpean,
como piedras.

En la dulzura. En el silencio de no volver
atrás los pasos.

En los pechos que consuelan
que no son tú,
ni tu refugio.

En otros ojos. En la vertiente de esa gota,
que cae.

En la soledad y en las raíces
de este vientre.

En la certeza.

“Tu me manques...”

Insomnio

Cuando la tinta de un verso salpica
y se derrama,
el techo de mi habitación ya no es tan blanco.

De repente tienes forma octosílaba
y rimas con todas las cosas
y marcas el ritmo de un pálpito lento y gravísimo.

Tu eco se vuelve asonante en mi pecho:
la metáfora irreversible de un recuerdo
que se hace beso...

Tu métrica, tu ritmo, tu asonancia y tu silencio
bombardean el sueño que llega de puntillas,
(para no despertar el momento de inspiración que te debo).

Y después de todo, cuando no hay algo que hacer
por las mañanas, como prepararte el desayuno
o hacerte el nudo de las corbatas,
te doy las gracias por el insomnio que me regalas
y que yo empleo en escribir unos versos sobre el techo de mi cama.

Cada noche, cuando el sueño se va
y miro al techo de mi habitación angustiada,
te pareces demasiado a mis poemas.

El contador de historias

Al contador de historias
le huelen las manos a cartas viejas
le saben los dedos a cáscara de mandarina
y le suena cada caricia
a caminos de hojas secas.
El contador de historias
tiene la virtud de no agotarse
de no acabar nunca de exprimirnos
de ir hacia delante como sea
El contador de historias es tan libre
que puede viajar como la luz
de la necesidad a la estupidez
pasando por la consulta del psiquiatra.

Soneto al Tenorio

El labio entornado, el pecho latiendo,
de haberte mirado el sueño perdido.
Por ti, me reprocho lo que he sentido,
por mí, te arrepientes de estar sintiendo.

Al loco don Juan que estás combatiendo
lo duermes para que siga escondido.
A la dulce Inés que en mi alma ha nacido
la prefiero del olvido bebiendo.

Me llevas en tu sombra, prohibida,
y sabes que no me siento dichosa
cuando callado, alimentas la herida.

No quiero que me encuentres distraída
cuando aguardes la noche más hermosa
para acercarte a mi boca perdida.

Tumba de estrellas

Aun cuando en mis ojos tu vida pendiera
Por un solo instante que no te mirara,
Sacarlos de cuajo mis manos quisieran
Por ser tú la luz en mi tumba serena.

Aun cuando en mis manos tu llanto viviera
Por ese momento que yo te tocara,
De pánico y sangre los ríos corrieran
Por ser tú caricia en mi tumba de pena.

Aun cuando en mi grito tu voz pereciera
En un solo punto que yo te llamara,
Bañada en espinas mi garganta viera
Por ser tú el susurro en mi tumba de espera.

Y si aún en mi boca tu muerte estuviera
Por un solo beso que yo te robara,
Bersarte la vida mis labios quisieran
Por ser yo el aliento en tu tumba de estrellas.

Quimera

Rosas negras en tus ojos
que incitan a la locura.
Sueños mudos en mis labios
que rozan tu pensamiento.

Para acariciarte el alma
tengo espinas en las manos.
Para acariciar mis manos
tienes espadas por dentro.

Temor dulce en las miradas,
dolor en los sentimientos:
no se miran, no se piensan,
no se callan en silencio.

Yo en camino y tú de vuelta,
tú de nuevo y yo al principio.
Como el ocaso y la aurora,
siempre cerca, nunca unidos.

Todo termina en ti ….

Todo termina en ti, y
contigo lo demás empieza.
De ti parten mis ojos, ellos
y al final, sólo puedo quedarme en los tuyos.
A la mitad , todo se confunde
y la esperanza se aviva,
pero en la meta me abrazan tus pensamientos.
Eres tú , al final y al principio,
cuando empiezo y cuando termino,
aunque a la mitad me pierda.

Paris illuminé

Demasiada luz para unos ojos
que contemplan el París de
una noche iluminado…

Demasiado tiempo para encontrar
unos lugares que identifiquen
mis sentidos en un abrir y
cerrar de ojos.

Demasiados ojos que reflejen
tanta belleza que yo quiero para mi
y para unos versos estrellados
en mitad de tanto cielo.

Demasiada hermosura para haberla contemplado
fuera de un sueño.

Tengamos por caso …… ( a propósito del Prestige)

Tengamos por caso que fueran alas
y estuvieran a punto de volar
que buscasen su espejo en las estrellas
que la espuma fuese la leve caricia
la arena el cálido beso
y en el éxtasis de sus quejidos
se hallase un bálsamo relajante.

Creamos por tanto que todo es Mar
que las alas vuelan
y los astros se recrean
que las olas suenan a mar
que yo habito en la nostalgia
que los peces de agua navegan
y los barcos de papel naufragan.

No marcaba de rojo

No marcaba de rojo en su memoria
ni una sola de las fechas
no se detuvo a recordar ni una sola
de esas noches largas de tristeza
y cuando vino a darse cuenta
no se había ido
y entre sus manos
aparecía un billete de primera
que le permitía seguir su camino.

Última salida

Cuando se presenta
la muerte sin disfraces
uno no tiene otra suerte
que andar desnudo
por el mundo
el resto de su vida
no hay otra opción
que volcar el azar
en la fosa común.

INTENTO DE PRÓLOGO AL ARTE DE LA POESÍA

Cuando, por encargo de Marga, comencé a escribir el prólogo a este libro de poemas era agosto de 2006. Entonces decía esto:

Agosto de 2006.
Me mata el aire que no se mueve.

Relajada, y después contusionada, en ese orden y en este verano de 2006, exprimo hasta los inexistentes-huecos-existentes entre los versos de tu poesía, la que me enseña a ser más persona y la que me obliga a volver a escribir después de mucho tiempo.

Ahora, meses después, cuando Marga ya no está, al menos físicamente, digo lo siguiente:

Dolorida, abatida y con el corazón machacado, en ese orden y en este octubre de 2006 te has ido, Marga, sin leer el prólogo que te prometí y ahora exprimo cada recuerdo de tu existencia y admiro que toda ella fue poesía.


Margarita Perujo Nebro ya nació con nombre de ARTISTA. No tuvo la necesidad de buscarse un sobrenombre que la mencionara mejor que el que ya traía de cuna.
Mujer fascinante y aterradoramente creativa contra la que no se podía luchar, aunque quisieras, sólo quedaba aliarse con ella, contagiarse de sus múltiples aficiones (y después darse cuenta de que el arte no es algo que quiera cuentas con todos), aficiones que llevaba agarradas al corazón: cantaba como los ángeles, tocaba el saxo como un negro querubín de Nueva Orleáns, interpretaba de manera que engañaba al más descreído, organizaba, dirigía teatro, arrastraba a la masa juvenil adonde fuera necesario, si le proponías una idea la hacía grande, la convertía en IDEA.
Y además… escribía poesía del ser humano.
Su sonrisa era una trampa, una bocanada de felicidad. Podía ser muy dura, testaruda y convincente a la vez, y era capaz de hacer que el más duro le llevara, sin que le supusiera una carga, la maletilla con el ropaje de sus sueños.

Sabía que la vida le había dado señal de entrada y de salida. En lo más profundo lo sabía, pero nunca sucumbió a la desidia. Aprovechó cada segundo, le sacó partido y le echó este pulso: “Yo me iré, pero antes habré vivido”.

Apareció en nuestras vidas de puntillas. Con delicadeza, con sencillez, con elegancia y con mucha finura. Algo se intuía de su saber estar, pero con ella la sorpresa siempre llegaba. Marga era ese personaje único que te conquista cada día y que cada día hacía que la quisieras más, como si hubiera perdido la memoria de que el día anterior ya te había conquistado el alma. Se trabajaba el día a día, con sutileza, con armonía. No bajaba la guardia, sabía bien que cada día era un regalo y lo agradecía ofreciendo todo de ella, que no era poco, y con esa misma habilidad sacaba de nuestras entrañas lo que ni siquiera sabíamos que llevábamos dentro: si hablaba con nosotros hacía que los sentimientos brotaran; si nos miraba, con un solo guiño creaba complicidad para un buen rato; cantando, nuestras mandíbulas caían boquiabiertas y nuestros ojos se tornaban acuosos.
Querida Marga, todavía oigo el eco de tu voz en los laberintos de mi derrotado recuerdo. Quiero no llorarte, pero no puedo porque tu ausencia no es cualquier ausencia sino la ausencia de aire que se renueva continuamente y, como tú sabes, “me mata el aire que no se mueve”.

Cuando escribes, tus versos nos desmontan

TU POESÍA es la poesía del ser humano.

No hay en ella hueco donde el amor, y el desamor, la vida y la muerte y todos los universales de la literatura no tengan un encuentro. Combinados con destreza y ritmo palpitante, Marga hace que vayamos de un poema a otro ansiosos por conocer qué nuevos sentimientos nos va a mostrar o nos va a hacer experimentar. Leemos sus poemas e inmediatamente los hacemos nuestros porque sabemos bien lo que significan por la naturalidad con la que nos los ofrece. Hago un recorrido por algunos de ellos:



El primer poema, El ahogado más feliz del mundo, alude a uno de los cuentos más bellos que jamás haya leído: El ahogado más hermoso del mundo de García Márquez.
Aquél náufrago de entonces que no cambiaría ahora “su casa de agua por ninguna orilla divisada” nos introduce de forma mítica y húmeda en este maravilloso libro de poemas. Esa HUMEDAD, con mayúscula, que llevamos dentro los seres humanos y que nos une a la tierra en donde vivimos. De esa manera nos lleva de la mano al siguiente poema, Llamada urgente, poema de amor y de muerte donde seres con crudas realidades son contrastados con la dureza de un amor que realmente está agonizando. Alusión a un mundo que expira y que va a la deriva como se volverá a ver en el poema Un cuento para no dormir o en Los intereses creados.
Recorro el libro con un continuo palpitar y no lo quiero acabar y sí lo quiero terminar, pero no puedo dejarlo y me meto de lleno en el siguiente poema Tres deseos, y yo diría que anclaje y/o esperanza que pueden montarse en el tren o quedarse para agotar ése su último deseo. Billete de tren y orilla inalcanzable.
Así continúo por estas páginas que me ofrecen cada vez más y que son las páginas que alguna vez me hubiera gustado escribir a mí, siento lo que dice, oigo sus palabras con claridad, palpo las sensaciones que trasmiten y se me llena la cabeza de ritmos a golpe de verdades. Entro en el Tratado de Ciencia y Literatura y me quedo boquiabierta con la ley de la gravedad sorprendida por la pluma lorquiana. Pasmada hasta no salir del asombro ante tan ingenioso telón que al abrirse muestra de forma increíblemente plástica la Teoría del Esperpento encarnada por la escena de celos entre la Ciencia y la Literatura.
El siguiente es un poema de creación literaria. El arte de escribir es el arte de sentir, el Insomnio da paso a la inspiración y a la creación como ocurre con Al inquilino, donde nuevamente los hechos vividos dan pie a la creación literaria.
Tumba de estrellas, poema sensual y rítmico y, en mi opinión, con raíz agitanada por su desgarradora voz, quiere ahuyentar algo a modo de conjuro: mirada, grito o voz, manos o tacto, boca y beso, tumba de pena, de espera, tumba serena, de estrellas, todas se engarzan en sublime belleza para alejar un temor.
Sigo leyendo el libro y paseo por Tu me manques, para mí poema dedicado a lo auténtico. En la misma línea, tres poemas que denuncian la hipocresía y lo superfluo: Muro (lo superfluo no consigue desalentar ni acallar la sinceridad de nuestra alma) , Muchas sonrisas fingidas (la sinceridad desespera de no ser usada) y Sirva de precedente ( la poesía tiene un tiempo de gestación, lejos del mobiliario fantasma de un despacho hiperactivo).
Seguimos por la amistad de Para un amigo y de la Desolación, donde nada ni nadie esperan para siempre o De amicitia cuyo bosque amigo, bosque frondoso, al igual que el ciclo de la vida, se torna abrojo y matas deformes donde crece la indiferencia.
Tema y eje central del libro es el amor en todas sus formas, Razón de amarte es un canto al amor bajo la sombra de la luna incandescente, el amor nos posee incluso en las huellas de la ausencia. Soneto al Tenorio, poema de amor consumido en la anticipación. Cinco sentidos donde se vislumbra la exactitud del caos que invoca al amor. Itinerario de una mirada es la lucha entre el deseo y el frío bolsillo de la vida, en él se pulsan las tensas cuerdas del deseo.
Tres poemas puramente femeninos y, por ello, del mundo. El alma femenina brota de diversas maneras en Sí, quiero, Mensaje para el misógino y Madres. En el primero se muestran las condiciones imprescindibles para compartir la vida con alguien. En el segundo, la redención es imposible. El tercero es un canto y un grito de homenaje y admiración a las madres y a la vez a la tierra-útero a quien pertenecemos.
Por último, y para acabar este maravilloso recorrido por las torrenteras del alma, debo mencionar el poema El Pueblo que tanto me impactó: la naturaleza hecha sensualidad se hace cómplice de la nostalgia y del paisaje.
Todos ellos son poemas unidos por un mismo cordón umbilical: el de quien no ha olvidado nunca sus orígenes; el de quien sabe a dónde pertenece y cuál es el sentido de la vida y, en definitiva, el de un corazón que siempre ha estado arraigado a la tierra que la engendró, que sabía de dónde procedía y hacia dónde iba.












Acabé de escribir este prólogo el sábado, 13 de enero de 2007.
Dedicado a Marga y a su compañero del alma, Paco.

Marisi
(Mª Sierra Morales Martínez)

Agradecimientos

Buenas tardes, antes que nada quisiera agradeceros a todos el que hayáis querido estar aquí esta tarde , viniendo en muchos casos de la costa expresamente para ello.
Quiero dar también las gracias a todas las personas que han hecho esto posible, empezando por Isabel Teresa que desde el principio mostró una disposición total para ayudarnos en la publicación del libro y la verdadera responsable de que se presente esta tarde, justo donde a ella le hubiera gustado, en su pueblo, en el lugar al que siempre quería volver y entre la gente a la que tanto quería.
Agradecer también a la banda municipal el que hayan querido estar con la compañera que formó parte de la primera formación junto con los más veteranos de ellos y acercar a este acto la otra gran pasión de Marga, la música.
Y por último a Marisi, la persona que ha sido capaz de llevar a cabo el cometido de elaborar el prólogo del libro en unas condiciones muy diferentes de aquellas en las que Marga se lo propuso, que ha tenido que sumergirse en su poesía con el lastre de sentir a diario su ausencia como compañera y amiga, al tiempo que tenía seguir dirigiendo un centro cuyo día a día no entiende de lutos ni de ánimos teniendo siempre disponibles esos medicinales abrazos, que al igual que los de otros muchos amigos, tanto me han ayudado.

Presentación libro.

Buenas tardes, este acto de presentación del libro de poemas de Marga es un proyecto que ambos acariciábamos desde hace mucho tiempo y que siempre supe que iba a vivir aunque no como actor sino como orgulloso espectador.
Este proyecto empezó a fraguarse hace ahora cuatro años cuando de una forma casera preparé, precisamente para conmemorar el día de la mujer trabajadora, la elaboración de un libro con sus poemas. Me pareció que el destino de algo tan bello no podía ser el de permanecer por tiempo indefinido en el disco duro del ordenador o traspapelado entre facturas o apuntes, sobretodo porque representaba todo aquello de lo que yo, su profesor de física me consideraba incapaz.
Pero esto sabía a poco y el siguiente paso era la publicación del libro. Isabel Teresa nos ofreció de inmediato su apoyo para este proyecto. De eso hace casi tres años y por fin hoy podemos tener en nuestras manos el resultado.
Alguien podría pensar que el motivo del retraso fuese el miedo a la crítica, pero eso significa no conocer a Marga. Ella disfrutaba mostrándose a la gente y no le temía a nada, excepto no poder seguir haciéndolo. Era no obstante consciente de que la suya no era una poesía fácil, pero eso no importaba pues como sabemos, en un poema lo importante no es lo que motivó al poeta a escribirlo sino lo que su lectura despierte de entre nuestras experiencias y emociones dormidas.
Cuando conocí a Marga no me extraño lo más mínimo que escribiese poesía, me parecía algo natural en ella expresar belleza en cualquiera de las formas posibles. Lo comprendí cuando vi cómo una recién llegada a la enseñanza era capaz de transmitir la poesía a alumnos, incluso los que más problemas daban en otras asignaturas eran capaces de vencer el estúpido pudor del que se cuenta sincero, la incorporaban a sus vidas, recitaban en clase, , y hacían teatro.
Cuando más tarde me descubrí enamorado de ella, pude disfrutar del hecho de que se pusiera a escribir delante de mi con la naturalidad de estar haciendo algo que era muy suyo. La verdad es que no llegué a su altura, me quedé maravillado con lo que en uno de sus poemas llama el “cálculo de escribir” pero no llegué a entender el “arte de calcular” ni esos sentimientos, para mi esquivos, que encerraban sus versos.
Pronto desistió de seguir haciéndolo, no resistía que intentase aplicarle mis fríos análisis racionales a su técnica, con lo que al final solo me enseñaba los poemas terminados, aun lamentando mi incapacidad para comprenderlos.
No ha sido hasta después de que nos dejara cuando he conseguido comprender el por qué de mi dificultad y es que los sentimientos que me inspiraba su lectura no eran los mismos que veía en su vida, en su cara, y no podía siquiera imaginar que pudieran ser reales. Y tal vez no lo eran y se trataba sólo de ficción, o de una forma de conjurar el miedo a sufrir la frustración ante injusticias sociales, ante traiciones, ante imposibles o ante valores que ella despreciaba. Por el contrario, en su vida se entregaba a la amistad y al amor de forma casi temeraria sin miedo alguno, sabedora de que nadie podía resistirse a la sinceridad de su corazón . Fue entonces cuando comprendí que para ella había dos tipos de poesía, y sólo escribía una de ellas.

Para ella, escribir era una forma de sacar fuera todo lo negativo, todo lo que su esencia rechazaba. Una vez volcado ese sentimiento, el poema había cumplido su misión y por lo tanto no había necesidad de guardarlo. Siempre me comentaba despreocupada los muchos poemas que había traspapelado.
Por desgracia se cruzó en su vida un episodio que convirtió en banal todo lo anterior y la poesía no era lo bastante fuerte para conjurarlo, por lo que dedicó todo su tiempo a hincarle los dientes con una fuerza y valentía asombrosas.
Aún después de que este episodio no fuera más que el recuerdo de una pesadilla, seguía sin poder escribirlo, temerosa de evocar de nuevo todo el dolor y la amargura vividas. Poder hacerlo marcó el final de esa oscura etapa, la forma de arrinconarla en la memoria y abrirse paso a nuevos poemas más dulces en los que incluso lamenta los poemas perdidos.

Pero como ya he dicho había otra poesía, la de sentimientos como el amor, la amistad, la ilusión y la esperanza y esa no la escribía, sino que las vivía para deleite de los que la rodeábamos. Era la que todos podíamos ver cuando cantaba, cuando animaba a los mayores desde el escenario, cuando sonreía, cuando bailaba orgullosa con su padre en las verbenas, cuando tocaba con la banda, cuando colaboraba en toda actividad cultural que se celebrase en el pueblo, cuando cantaba a San Antonio con el coro, cuando paseaba por el nacimiento cargándose de la energía que necesitaba, cuando tenía siempre una sonrisa para el que quisiese disfrutarla, cuando se imaginaba un proyecto y nos deslumbraba con su ejecución, cuando repartía las dosis justas de cariño y firmeza para que sus alumnos se pudiesen sentir al final orgullosos.


Sería bonito que cada uno de nosotros hiciésemos único este libro añadiéndole los poemas que hayamos vivido con ella y que se encuentran grabados en nuestra memoria. Tengo la suerte de que sin haber secuestrado ningún verso, pueda disfrutar de uno de los tres más voluminosos, cargado de cuatro años y medio de amor, admiración y respeto.

Contraportada

Margarita Perujo Nebro, una Cueveña nacida en Barcelona en 1977, tenía la capacidad de hacer suyos todos los sitios en los que se encontraba, pero al final siempre estaba la Cueva.
Se licencia en filología hispánica en la Universidad de Málaga, lo cual le permite dedicarse a un trabajo que le apasionaba, el de sorprender a los adolescentes con la pasión y belleza de la poesía, y arrastrarlos al escenario del teatro.
La música y el canto fueron otras de sus pasiones (forma parte de la banda municipal) , pero la principal no fue otra que la de enseñarnos lo bella que es la vida y lo inútil de perderla en lamentos, amarguras y envidias. El 28 de octubre de 2006 se disolvió para siempre en nuestras vidas.