CINCO
AÑOS HACE
Despedida
AMarga
D-Olor
de amapolas rojas flotaba aquella tarde en el aire.
De-Lirios
de preguntas sin respuesta que,
convertidas
en laberinto,
nos
mostraban una única salida:
el
dolor
de nuevo.
Círculo
viciado y
alimentado en sí mismo.
Alambiques
destilando dudas,
borrachera
de heridas,
noche-s
sin sueño:
llegó
el sueño definitivo.
Nunca
más estarás aquí
Y
te
llevaré siempre
conmigo.
No
podré jamás
volver a abrazarte
y,
sin
embargo,
veo
que me empujas.
¿Dónde
te leeré?
Y
me
das tu sangre en un tintero
Y
la
pluma,
serena,
reclama
su
voz
sin mordazas,
renovada
y libre,
alejada
de todo tormento.
Gracias,
Marisi.