jueves, 16 de abril de 2009

Amanecer en Sacre Coeur

Amo a una ciudad y amo todos los sueños tristes
que al final desembocan en ella.
Amo el sagrado corazón y un encendido naranja
que ya jamás he vuelto a ver.
Amo hasta los archivos de nombres y adjetivos
del cuaderno de viaje que perdí.
Amo las calles que no soportaron
la arquitectura estética de mis tacones
como luego amé el gesto impasible
de sus pintores dibujando
maravillosamente en los portales.
Amo incluso el deseo de alejarme de volver
porque amo estar doblegada al recuerdo
por eso no busco otro regreso
y por eso cuido tanto las cosas que te digo de París.

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