A mi abuelo, in memoriam
No supe comprender muy bien
cuándo había que despedirse
y las lágrimas fueron después
mucho más frías.
Debía pasar una nube
artificial de invernadero
por encima de mi cabeza adolescente
aquella tarde negra.
Y es ahora el reajuste entre
el dolor y el momento de llorar
cuando no pude
el afilado aguijón con veneno de tu ausencia.
Cuando son en mí el recuerdo,
un gran cariño y fiel respeto
partes de ti que Tú dejaste a tiempo
antes de irte.
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