Puedo agotar mi último deseo
esta noche más larga.
Hay una estación, y un banco
y unas ganas de que no te vayas.
O puedo pedir que sigas siendo el ancla
y que la flor no se marchite
y que vuelvas pronto.
Podrías enseñarme a alcanzar la orilla
antes de irte
y salvarme del naufragio de tu billete de tren.
Podría irme...
Pero también podrías quedarte y agotar éste,
mi último deseo.
¿Dónde acaba, esperanza, tu victoria?
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