jueves, 16 de abril de 2009

El contador de historias

Al contador de historias
le huelen las manos a cartas viejas
le saben los dedos a cáscara de mandarina
y le suena cada caricia
a caminos de hojas secas.
El contador de historias
tiene la virtud de no agotarse
de no acabar nunca de exprimirnos
de ir hacia delante como sea
El contador de historias es tan libre
que puede viajar como la luz
de la necesidad a la estupidez
pasando por la consulta del psiquiatra.

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